Seguidores

martes, 12 de marzo de 2013

Capítulo 6 - ¿Alguién insignificante? RUMBO A EUROPA





RUMBO A EUROPA


Después de media hora en remojo es el momento de preparar mis cosas. Cubro mi cuerpo con una toalla y dejo mi pelo suelto para que se seque al aire. Corro hacia mis maletas sin dejar de mirar a los lados para cerciorarme de que realmente Mauro se ha ido. Saco unos pantalones rojos y los miro detenidamente. Rápidamente deshecho la idea y elijo mi vestido turquesa, un regalo de cumpleaños de mi hermana. Siempre que me lo pongo, no sé el motivo, me acuerdo de los veranos de nuestra infancia en el pueblo, en casa de la abuela Marta. Tal vez debería llamarla y decirle que todo va bien. Siempre se ha preocupado muchísimo por mí y me sabe mal tenerla esperando durante tanto tiempo mis noticias. Descuelgo el teléfono que hay encima de la mesita y me siento sobre la cama.

- ¡Sonia!
- ¡Laura! ¿eres tú? – dice mi hermana sorprendida lo que hace que me ponga de mal humor al instante.
- No, Sonia. ¡Soy Paula!
- ¡Ah sí! ¡Esto...! ¡Sí claro, Paula! – mi hermana y sus olvidos. Y eso que le repetí por activa y por pasiva que no me llamase por mi nombre.
- Estoy en Chile y estoy genial. Mi trabajo va estupendamente, pero he conocido a alguien y me voy a ir a pasar unos días a Roma.
- ¡Tú y tus secretos! ¿Es guapo?
- ¡Tu siempre tan preocupada por la inteligencia de mis novios! ¡Pues no te voy a...! – Siento un fuerte tirón en mi muñeca. Es Mauro que me arranca el teléfono de las manos y lo cuelga sin miramientos.

- ¿Qué haces? – Le pregunto totalmente asombrada.
- ¿Estás loca? ¡No puedes llamar a tu familia! ¡Nos pones en peligro a todos y a ellos especialmente! Nosotros nos moveremos y viajaremos pero ¿cuánto les va a costar localizar a tu hermanita?
- ¿Cómo sabes que era mi hermana?
- Te he estado escuchando y cuando me ha dado la impresión de que ibas a salirte de tu guión, no me ha quedado otro remedio que saltar sobre ti.
- Sonia se habrá quedado preocupada así que la volveré a llamar.
- Puedes usar mi teléfono. Es seguro.
- No has contestado a mi pregunta...¿Cómo sabes que era mi hermana?
- Llama de camino al aeropuerto. Nuestro coche está esperándonos en la puerta.

Odio tener que prepararme a toda prisa porque siempre se me olvida algo en algún cajón o acabo con un sólo ojo maquillado. ¡Pero si sólo llevo puesta la toalla! Rápidamente vuelvo a entrar en el baño cerrando con un golpe seco tras mis pasos.

- ¡Eres una mujer muy tozuda! ¡Por algo mi padre eligió el nombre de Paula!

Giro mi cabeza y saco la lengua como si lo tuviese frente a mí. En un segundo tengo mi vestido turquesa listo, me pongo una cantidad generosa de espuma en el pelo y me lavo los dientes a una velocidad supersónica. Salgo a toda marcha poniéndome mis sandalias y meto mis cosas en las maletas como buenamente puedo. Dejo caer todo mi peso sobre ellas y las cierro pillando con la cremallera con yo que sé qué. Alzo la vista y veo a Mauro mirándome divertido con los brazos en jarras y apoyado cómodamente contra la pared.

- ¿Qué soy? ¿Tu mono de feria?
- ¡Pues estoy empezando a planteármelo muy seriamente! – Me dice frunciendo el ceño y conteniendo una carcajada - ¿Lista?
- ¡Sí!

Cojo todas mis cosas pero Mauro me las quita de un tirón tan fuerte que me caigo de bruces entre todas las malditas maletas.

- Te encantan tus maletas ¿Verdad? ¡Siempre que te veo estás caída encima!
- ¡Estúpido!

Me coge las manos suavemente y me levanta quedando todo mi cuerpo pegado al suyo con una cercanía exageradamente incómoda. Salgo a toda prisa al pasillo y oigo el chasquido de su lengua a mis espaldas. Recorremos cada pasillo a toda prisa dejando puertas y más puertas a nuestro paso hasta llegar a recepción. Saco de mi bolso mi tarjeta de crédito pero, como ya es costumbre, los brazos de Mauro me frenan. ¡Oh, vaya! Creo que mi estancia será cortesía de la casa, o del Señor Inspector, o de su Señora madre... ¡yo que sé! 

 
¿Y nuestro taxi? En su lugar veo el reluciente Jaguar negro que nos trajo desde la casa de Paola. ¿Cómo vamos a parecer una pareja normal que se va de viaje romántico a Roma? Cada paso que damos, estamos vigilados por su madre y, más que una pareja, parecemos una presa y su cazador. Hago un gesto reprobatorio con mi cara, abro la puerta del copiloto y me siento tranquilamente. Mauro golpea con los nudillos el cristal pidiéndome que lo baje.

- ¿Qué haces?
- ¡No sé a qué te refieres!
- ¿Por qué demonios te sientas alante?
- Bueno, en los viajes largos me suelo marear y necesito sentarme aquí. Pero si quieres me sentaré atrás y tendré una bolsa de plástico en las manos por lo que pueda pasar.

Se da la vuelta dándome por imposible y se sienta tras de mí con aire resignado y ofuscado. Resulta gracioso lo poderosa que te puede hacer algo tan simple como el asiento delantero de un coche. Me río entre dientes comparando a Mauro con Miss Daisy, aunque creo que ese sombrero no le sentaría nada bien.
El chófer arranca y nos perdemos en las callejuelas atestadas del centro de Chile. Mauro me da unos golpecitos suaves en mi hombro, lo que me hace girar la cabeza.

- ¿Quieres llamar a tu hermana? ¡Toma! – Me ofrece su móvil – La conversación tiene que ser corta y banal, sin entrar en detalles. Dile lo de nuestro viaje a Roma y no le des más información sobre mí por seguridad.

Marco el número y, prácticamente antes de que suene, mi hermana está al otro lado.
- ¡Hola Sonia! ¡Se ha cortado, perdona!
- ¡Me has asustado! – dice ansiosa.
- ¡No pasa nada, tranquila! Vamos camino del aeropuerto y tenemos muy poca cobertura así que si en algún momento se corta...
-¿Vais? – Me dice pícara.
- Sí – Tapo el móvil y miro a Mauro - ¿Puedo decir tu nombre?- A lo que él asiente- Mauro y yo vamos a coger un avión a Roma y pasaremos allí una temporada para conocernos mejor. Además, él nunca ha estado en Italia y es una buena oportunidad.
- ¿En serio? ¿No es un poco pronto? ¿Roma? ¿No tendrás demasiado cerca a Marco? ¿Es buena idea?
- ¡Oh, Dios Sonia! ¡No me agobies!
- ¡Estás loca! ¿Por qué puñetas Roma?
- ¡Para ya! – Cojo un papel de mi bolsillo y empiezo a arrugarlo - ¡Tengo mala cobertura!
- ¡El truco del papel no! – Me grita al otro lado.
- ¡No te oigo Sonia!
- ¡No me cuelgues! ¡Maldita sea!

Cuelgo el teléfono y se lo doy a Mauro que me mira con una media sonrisa de sorpresa.

- ¡ Vaya, vaya! ¡ no conocía esta faceta tuya de dejar colgada a la gente!
- Mi hermana puede resultar muy pesada con todas sus preguntas. ¿Por qué Roma? ¡¿Por qué ésto y por qué lo otro?!
- ¡Es tu hermana, es normal que se preocupe! Además, te vas con un tío súper atractivo a una ciudad propicia para comernos a besos y no salir del hotel en todo el día. ¡¿Qué esperabas?!

Mi cuerpo se escurre incómodo en el asiento buscando un agujerito por el que introducirme y desaparecer sutilmente. En todas mis relaciones he sido la voz cantante y la que dominaba la situación y me encuentro ante este macho alfa que lo único que hace es ponerme en situaciones embarazosas. Me arde todo el cuerpo y me sumerjo en mis constantes elucubraciones dejando que el tiempo pase a mi alrededor sin darme cuenta. Pronto veo ante mí el aeropuerto.

- ¿Cuándo saldrá nuestro vuelo?
- En cuarenta minutos.
- ¡No nos va a dar tiempo! – Bajo corriendo y cojo todas mis maletas y voy a toda prisa en modo estampida chocándome contra todo el mundo.
- ¡Soy Inspector! – Me paro en seco ante ese grito.

Giro mi cuerpo y le veo tan tranquilo con ese paso sosegado y relajado que sólo puede dar el poder. Camina entre la gente sin rozar ni un sólo brazo con ese aire etéreo con el que se movía su madre bajando por la majestuosa escalinata. Nunca le había observado de esa manera aunque también es cierto que es la primera vez que le veo entre tanta gente. Creo que realmente me gusta este hombre y, aunque este no sea nuestro momento, no puedo ignorar lo que siento.

- ¡Ey! ¿Por qué me miras con esa cara? – Me pregunta sorprendido – Parece que fuera la primera vez que me ves.
- ¡Quizá sí!
Rápidamente pasamos delante de las cintas de facturación y con un gesto de mano enseña su placa al personal de seguridad que nos dejan pasar sin problemas.

- Y ¿nuestras maletas? ¿qué haremos con ellas?
- Digamos, que llevo material que es aconsejable no pasar por el escáner y, mi placa me lo permite. Las autoridades están al corriente de la operación y han dado la orden de dejarnos pasar, al igual que en Fiumicino. La Interpol ya está al corriente de todo gracias a mi madre y, de esta forma, estaremos más protegidos.
- ¿Todo el mundo sabe nuestros planes? ¡Ni yo los sé!
- Todo el mundo no, Paula, sólo personas concretas con poderes concretos que podrán abrirnos muchas puertas, digamos que son ex-compañeros de mi madre. Es aconsejable que no lo sepa mucha gente para que no haya filtraciones porque la mafia tiene lacayos donde menos te lo esperas.


Nuestra conversación nos lleva al interior del avión de Lan Airlines. Nuestros sitios están en la parte central y el mío queda pegado a la ventana permitiéndome disfrutar de las vistas , aunque pronto anochecerá y no veré nada de nada. Una vez que he tomado asiendo observo a un hombre con un chaleco amarillo que camina por la pista con nuestras maletas y las introduce en una caja de madera que coloca posteriormente en el interior de la bodega. Las pantallas que quedan frente a nuestras caras atraen repentinamente mi atención dejándonos ver el plan de vuelo; Salida de Santiago de Chile 20:10 – Llegada Madrid 13:25. Salida de Madrid 15:45- Llegada a Roma 18:20.

- ¿Haremos escala en Madrid? – A lo que pongo un gesto de espanto y pesadez.
- Sí, además Sara nos estará esperando para darnos unos documentos.
- ¿Sara? ¿Quién puñetas es Sara si se puede saber?
- Bueno, es...una amiga.
- ¡Venga! Si es una ex me lo puedes decir, total, tienes treinta años y no creo que hayas estado en un Monasterio toda tu vida. Además, no somos nada.
- ¡Pero si tu no quieres!
- ¡Eso no es verdad! ¿Cuándo he dicho yo eso?
- ¡¿Así que quieres?!

Cojo la almohada y la pongo suavemente entre mi cabeza y el asiento. Me tapo con la pequeña mantita y me acurruco junto a Mauro mirándole a los ojos con aire infantil.

- ¡Sí!

Giro mi cuerpo con las mariposas revoloteando en mi estómago y observo por la ventana la maravillosa puesta de sol con sus tonos rosáceos y amarillentos que hacen la compañía perfecta para decorar este momento. Y, como el cansancio me supera, Morfeo se apodera de todo mi cuerpo y caigo en un profundo y reparador sueño que no me abandona hasta ¡doce horas después! Me despierta el tintineo de los vasos de cristal chocando unos contra otros en el carrito de la azafata. Mauro me zarandea suavemente, pero no quiero abrir los ojos.

- ¡Buenos días bella durmiente! ¡El desayuno!
- ¡Buenos días! Mmm tengo hambre.
Me desperezo lentamente y me hago una coleta rápida imaginándome los pelos alborotados que debo tener en este momento. Mauro coge mi almohada y mi manta, rozando levemente su cara contra la mía, y las mete en el porta-maletas. Coloco la bandeja justo a tiempo para que la azafata me entregue el café, los donuts, las galletas y el zumo de naranja.

- ¿Estás bien?
- Sí Mauro, creo que necesitaba dormir largo y tendido para aclara mis ideas. Ayer estaba muy confusa.
- ¿Con todo?
- ¡Con todo no! Hay cosas que tengo muy claras, como que estamos camino de Madrid para ver a tu ex-novia Sara.
- Yo no he dicho que sea mi ex. Además, nos dará información que nos ayudará en Roma y me entregará una identidad falta. ¡Claro, como tu ya tienes la tuya!

Miro hacia arriba y muevo enérgicamente mi cabeza a modo reprobatorio. Desayunamos en silencio y, cuando hemos acabado, saco mi e-book de mi bolso y me enfrasco en mi lectura. Parece que hace años que no lo enciendo y fue la semana pasada. Marc Levy y “La primera noche” me distraen durante unas horas y me hace más ameno el viaje. Adrián y Keira me recuerdan en cierto modo a nosotros pero no están teniendo muy buena suerte con sus investigaciones, lo que hace que me estremezca.
Las luces del cinturón de seguridad se encienden para avisarnos que en breve tomaremos tierra. Guardo mi e-book y me abrocho rápidamente. En breve, estaremos en mi ciudad. Madrid.





3 comentarios:

  1. Cada vez me parecen mas cortos los capitulos... ay madre que tension!!! Paulita me tiene celos!! jijiji

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que mala eres jajajaj! Has estado con su hombre...
      Pues cada vez los capítulos son más largos. Hay veces que me cuesta parar de escribir y cuando me doy cuenta tengo páginas y páginas...

      Eliminar